Imaginad que tenéis un coche y que con él os desplazáis desde hace muchos años sin problema a cualquier lugar que disponga de acceso por carretera.
El coche se avería y, como ya está entrado en años decidís comprar uno nuevo. Todo son lucecitas, controles y extras maravillosos que hacen que estés orgulloso de tu compra.
Después de visitar muchos lugares y transitar por montones de carreteras, el coche se detiene cuando quieres entrar en un determinado pueblo. Extrañado, das marcha atrás y visitas otras localidades, para después volver a intentar entrar en aquel pueblo de antes. Vuelve a suceder lo mismo.
Con el tiempo, vas descubriendo nuevas ubicaciones a las que tu modernísimo vehículo se niega a aproximarse.
Pues bien, eso es lo que me ha pasado a mi con la adquisición de un equipo de sonido no muy pretencioso, pero con algunas modernidades añadidas, e incluso premiado por la EISA: el modelo en cuestión, la minicadena LG FB162.
Poseo una colección de varios cientos de discos compactos de audio originales.
Mi vetusto y sencillo lector de CDs Philips CD614, que ha dado guerra desde hace muuuuuuuchos años sin quejarse estaba dándome problemas de lectura últimamente, y decidí comprarme un equipo suficiente pero no excesivo.
Ya que te pones a comprar un equipo de música en los tiempos que corren al menos deseas que lea los archivos en MP3 y si además tiene otras prestaciones interesantes, pues bienvenidas sean.
Pues eso.
Al principio estás contentísimo con todos los adelantos, virtualizaciones auditivas y fluorescencias de su vistoso display.
Un buen día le toca el turno a un determinado disco compacto, en concreto la banda sonora de la serie de televisión "24". En su contraportada luce un simpático logotipo con las palabras en inglés "Copy controlled", junto a una muy optimista relación de reproductores y ordenadores capaces de leerlo sin problemas. Algo más abajo, nos advierte: "puede dar problemas de reproducción en algunos lectores".
Efectivamente, puede dar problemas y los da: más concretamente, no lo reproduce.
Consultando en Internet el problema te enteras de que es una estrategia para que la gente compre discos originales: unos linces estos protectores de los derechos de autor; que se lo digan a Teddy Bautista.
Si me vuelvo a encontrar en una tienda física o en línea el dichoso logotipo, ahí tienes el candidato perfecto a quedarse en la estantería y a ser conseguido por medios alternativos (no penséis mal, que podéis acertar).
Bueno, y hasta aquí el problema.
La solución pasa por copiar ese disco a otro soporte y/o formato.
Leyendo por ahí se entera uno de que hay montones de sistemas de protección, todos ellos dificilísimos de anular y que van a imposibilitar su duplicación, aunque el que pretenda hacer esto sea su legítimo dueño.
Me entero también de que la protección de mi disco en contreto es la "Cactus Data Shield 200"; para ello uso el programa Copy-Discovery 2000, que se descarga gratuitamente de: http://copy-discovery2000.com/?s=2.
Esta es la pantalla que da esa información:
En fin, después de intentar localizar un software que pueda ayudarme a copiar la música a otro lado (no sé si algún plugin de Copy-Discovery 2000 lo puede hacer), experimento por mi cuenta.
Uso el magnífico programa gratuito MagicDisc, también llamado "MagicISO Virtual CD/DVD-ROM" (versión 2.7), que se puede descargar de http://www.magiciso.com/tutorials/miso-magicdisc-overview.htm?=mdisc_hlp106.
Al lanzar este programa (generalmente se instala como un icono del área de notificación de Windows), haremos click derecho sobre el icono:
La opción "Make CD/DVD Image" nos sirve para crear una imagen del disco óptico; con este programa, en primer lugar intenté crear una imagen ISO.
Pero me aparecía el mensaje:
En la siguiente pantalla aparecen las pistas de audio y la de datos del disco; intenté seleccionar pistas individuales, pero me decía que al ser un CD de audio no se podía:
Así que seleccioné todo el CD ("Exports entire CD"), y así me generaba una imagen ISO.
Para comprobar que la imagen contenía las pistas de audio procedí a montarla con el propio MagicISO, en este caso como unidad L: de mi ordenador:
Al explorar (click con el botón derecho sobre su icono) la nueva unidad L: que aparece en "Mi PC", el problema es que la imagen es completamente fiel al contenido original, y por lo tanto no conseguiremos extraer pistas de audio de ella:
Así que volvemos a extraer la imagen del CD original, pero en este caso con la extensión BIN:
Comenzamos de nuevo la exportación:
Y volvemos a montar la imagen del disco como unidad virtual de CD con nombre L: (esta letra dependerá de las que tenga disponibles vuestra máquina):
En este caso seleccionamos el archivo con extensión ".cue" que se ha generado junto al ".BIN":
Nos debe aparecer la nueva unidad virtual en "Mi PC":
La unidad K: en este caso es el disco original, y la unidad L: la imagen .BIN montada. Si exploramos esta unidad L: (click con el botón derecho sobre su icono) obtenemos una lista de las pistas de audio:
Ahora ya tenemos la estructura normal en un disco de audio, y podemos reproducirlo en nuestro ordenador con cualquier reproductor como VLC, Windows Media Player, etc. También podemos convertir las pistas de audio a MP3 o cualquier otro formato.
La prueba del algodón sería ahora grabar la imagen .BIN en un disco compacto con algún programa como Nero o alguno gratuito de los muchos que se pueden encontrar en Internet.
Yo la he hecho, y funciona.
En resumen, un "0 patatero" para los editores de música, en este caso EMI, por vender discos que luego no vamos a poder escuchar.
Y un toque de atención a los diseñadores de LG por no tener en cuenta el devenir de los tiempos y que un equipo premiado por la EISA no sea capaz de lidiar con un sistema de protección que me temo está muy extendido.
Justo aquí debajo iré añadiendo títulos originales que no se reproduzcan en este lector. Empezamos:
- 24, Twenty Four: music from the television series by Sean Callery (EMI, 2004).
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